jueves, 26 de enero de 2012

Gomas  . . .                                            Parte  1
                                            Edmundo Mario  ZANINI (Filatelia “HAEDO”)

Los filatelistas, como muchos otros seres humanos –e infinidad de “bichitos” que van por el mundo-, tenemos, a veces, cierta debilidad por las gomas  . . .  (“¡Ehhh!  . . . ¡¡¡Ehhh!!!!” –escucho al censor de turno- “¡¿Qué está pasando aquí?!”)

“Nada,  nada,  . . .  La cuestión del engomado de las estampillas, señor” – le respondo – (nunca se sabe  . . . ). Y ahí nomás entramos en tema.

*  *  *  *  *  *

Desde los lejanos días de 1840 en que el mayor imperio moderno debutó con el primer sello postal adhesivo, la goma o el engomado de “las estampillas” inauguró una problemática fácilmente manejada durante las largas décadas en las que sólo se coleccionaron sellos usados (es decir, matasellados).
Si alguien decidía conservar sellos sin uso, muy a menudo los lavaba. Es decir, la sustancia adhesiva era retirada simplemente con agua. Así encontramos hoy sellos antiguos sin siquiera restos de goma.

Pero la moda, . . . , algún espíritu exquisito, la picardía de algunos comerciantes,  . . . : hoy, casi exclusivamente coleccionamos sellos “mint”, o sea, con todo lo que tuvo en origen, como al salir del correo.

Y la goma comenzó a hacer estragos: a pegarse en álbumes, clasificadores, sobres, . . . Cuando no en los propios dedos del coleccionista  (¡Grande la pinza filatélica!). O a oxidarse. A requerir una alternativa de soporte diferente a la bisagra o charnela.

Y por aquí apareció una nueva fiebre que no es la de guardar papelitos y cuidarles el dentado (lo que pone locos a muchos, particularmente a muchas esposas amantes): hay que resguardar el reverso tanto como el frente (viejo desafío de la virginidad).

Y conocer sobre el engomado, porque no son todos iguales. Y algunos dan trabajo especial. De allí la goma tropical, que casi no absorbe la humedad ambiente.

Así llegamos (con algunos rodeos, sin duda) al meollo de este comentario.

En las emisiones argentinas modernas, muy particularmente en las de la década del sesenta, del setenta y hasta mediados del ochenta, se han usado variedad de engomados. Pero a no confundir. Ésta no es la causa de sorpresas en muchas emisiones de la época.

A pesar de que alguna catalogación ha facilitado la confusión: cuando aparece por allí “goma blanca” - “goma amarilla”,  no se trata realmente de diferentes engomados sobre idéntico papel, sino de papeles diferentes, a veces no sólo en el reverso.

Es decir, debiéramos decir, “reverso blanco” y “reverso amarillento”. Lo que se hace fuertemente manifiesto cuando uno expone el sello a rayos ultravioletas (UV). Con ellos, el blanco se ve con una tonalidad casi azul violácea. Mientras que el reverso amarillento generalmente permanece con una tonalidad grisáceo amarronada. Hace ya muchos años hemos propuesto una nomenclatura que respeta la tradición de la química: así como para la fosforescencia adoptamos la  P, para la fluorescencia aceptamos la  F. No se nos ocurrió nada mejor que dejar la  N  para representar la ausencia de cualquier propiedad frente a la luz.
Y tanto el blanco como el amarillento pueden tener gradaciones, pero no a lugar a confusiones.

Véalo, si no:
                                                                               

Por eso, creemos oportuno contribuir con el siguiente listado (si bien ya está bastante esclarecido el tema a partir de la excelente obra de José Luis GÖTTIG y Guillermo Alejandro JALIL, “Catálogo especializado de sellos postales de Argentina”, que ya lleva un par de años en plaza).  Agregando nuestro criterio de valoración de cada tipo, no siempre coincidente con estos autores. Lo que es muy lógico. Se trata de efectos debidos a las diferentes maneras de presentarse la variedad de los papeles en zonas diferentes del país. Muy especialmente, en tiempos de fuerte inflación la distribución ha sido muy anárquica y salvo alguna muy reprochable intromisión de funcionarios ocupados en cuestiones del especialista filatélico (nuestro caso) en lugar de trabajar en la difusión del hobby ente los niños y la población en general, asegurando la oferta de sellos en todo el país y la forma correcta de tratar las piezas con vistas a su supervivencia para los coleccionistas. En fin, siempre habrá casos.

Ejemplos:
Generalmente las diferentes tiradas se notan,   básicamente, en los tonos distintos. Pero en algunos casos las diferencias comprenden detalles de otra naturaleza. Así, con el sello ordinario de facial $  50.-  (“Valle de la Luna”), del año 1975, la primer tirada (reverso no luminiscente – FN -) no tiene el logo del correo y el texto “Consigne el nº de código postal”). La segunda, con el indicado texto, es de reverso luminiscente, es decir  FF.

   

     En otro caso, el sello ordinario de $ 50, Cabildo de la ciudad de Buenos Aires, en 1978, muestra otra variante entre las diversas tiradas, que, creo, no se ha difundido. En las primeras, la veleta que corona el edificio es imperfecta, irregular, y algunas letras están muy empastadas. En las siguientes, en las que se incluye el papel tizado, esas imperfecciones se han corregido, de modo que todas las letras son precisas y la veleta es “perfecta”, como un asterisco.

                          
De hecho, la evidencia de que no se trata, livianamente, de diferencias solamente en el reverso queda avalada por los cambios en las tonalidades. En los sellos  de 1974 y 1975,  Ciervo –Caza mayor en el sur- y Guillermo BROWN, los tonos de verde y de rojo, respectivamente, son suficientemente diferentes como para ayudar a la diferenciación de los papeles.


            Hacia 1978, aparecen novedades en los papeles de frente luminiscente (F). Sus frentes varían poco en la intensidad de su luminiscencia, pero los reversos van diversificándose asombrosamente. Así, además de un FN y un FF, se pueden identificar  FpocoF, FFF y F extra F.

Con el instructivo “Coloque aquí sus estampillas”, de 1978, las tiradas incluyen tonalidades muy variadas, algunas, tal vez, típicas de ciertos papeles.


Tal vez uno de los más bellos sellos ordinarios, en su austera impresión, sea el del Congreso de la Nación, de 1974  (¡¡pronto se burlarían sangrientamente de la voluntad popular que en él debe representarse!!) también muestra esa particular afectación de los colores.

                  

A la luz ultravioleta (debiéramos decir más precisamente, ante la radiación ultravioleta), UV (la común, onda larga, no la peligrosa onda corta que yo no recomendaría usar), las diferencias pasan por gradaciones bastante distintas. En los primeros años de la época (1973 a 1976), son muy marcadas.


                            
                                                                    

El desarrollar una colección con tantas alternativas puede volverse enfermizo, pero es bueno reconocer esta diversidad para comprender el paso siguiente. A poco de iniciarse el año 1979, el reverso de los papeles utilizados en la impresión de sellos postales de uso masivo (típicamente los ordinarios de valor facial bajo) pueden verse más o menos blancos (fluorescente -F-) por la adición de fibras blancas, seguramente sintéticas, que pueden dar –según su proporción-, efectos FpocoF o incluso F extra F.

Lo interesante, a mi criterio, es que esto parecería una aplicación “ingeniosa” para cumplir especificaciones de “blancura” en los papeles, nacida de otra experiencia que no había perdurado: hilos de fibras de color, similares a los de las emisiones suizas conocidas como papel con “fils-de-soie”.
Éstas habían aparecido en nuestros sellos hacia 1972 y, por mi parte, serán tema de otro capítulo.

Listado provisorio de las  GOMAS


catálogo MT
Nº de catálogo GJ
Viñeta y / o tema de la emisión
Valor facial

Otra característica interesante
Relación de        del    FF  (reverso     blanco)
precios
al    FN (reverso amarillento)
778
1401
Gral. Gregorio de Las Heras

$  10


1.-

10.-
948
1528
Doctor Belgrano

$ 0,10


0,50

3.-
973
¿?
Esquiador en Bariloche

$ 1


2,50

10.-
990
1643
Congreso Nacional

$  30


10.-

25.-
992
1635
Ciervo
(caza mayor)

$  5


1.-

5.-
1018 a
1644
Valle de la Luna

$  50
Ver borde de hoja (*)

6.-

20.-
1023
1641
Alte.
Brown
$
13,50


2.-

10.-
1034
1706
Navidad 1975

$  6


1.-

3.-
1050
1711
Islas Malvinas

$  6


2,50

5.-
1053 / 6
1714/7
 y
1714a/7a
Filatelia Argentina 1975

 $ 7; 13;
20  y 40,
c/sobretasa


8.-

20.-
1060 / 1
1734/ 6
y subtipos a
Premios     Nobel

$ 10;
15 y  20
No conozco el valor bajo en el  papel    FN

2.- ambos

10.- ambos
1134 b
1790B  y
1790B a
Capilla de Río Grande

$ 300


10.-

2,50
1134 d
1790E  y
1790E a
Capilla de Río Grande

$ 300


4.-

2.-
1136 c
1792C  y
1792C a
Capilla de Candonga

$ 500


8.-

2.-
1136 d
1792 E
Capilla de Candonga

$ 500


3.-

1.-
1144 a
1782A y 1782A  a
Coloque aquí   . . .

$  20


4.-

0,50
1146 a
1746A y
1746A a
Cabildo de Salta

$  40


5.-

1.-
1147 a
1745A  y
1745A a
Cabildo de Buenos Aires


$   50

Veleta
Tipo  1   (**)

3.-

1.-
1147 a
1745A  y
1745A a
Cabildo de Buenos Aires

$   50

Veleta
Tipo 2   (***)

5.-

0,50
1167 a
1847 A
1847 A a
Teatro Colón

$ 100


2.-

1.-
1168 a
1849 A y
1849 A a
Monumento a la Bandera

$ 200


4.-

2.-
1169 a
1846 A y
1846 A a
Coleccione
Sellos   . . .

$  30


500.-

0,50
1200 a
1845B y
1845B a
Casa de Tucumán

$  10


4.-

1.-
1201 a
1850A y
1850A a
Palacio de Correos

$ 1000


5.-

2.-
1211
1852  y
1852 a
Alte.
Brown

$ 5000


5.-

10.-
1220
1851  y
1851 a

Centro Cívico en Bariloche

$ 2000


5.-

2.-
1288
1848  y
1848 a
Teatro Colón

$  100


2.-

0,50
1289
1853  y
1853 a
Gral. San Martín
$
10000


6.-

12.-
1311 / 2
1998 / 9
(del HB 46)
Monumento
a San Martín

$ 1000 y 1500


2.-

5.-
1383
2036
Patito
(planta)
$ 30000


6.-

15.-
1384
2037
Flor malvinense
$
50000


30.-

20.-
1432 / 3
2126 / 7
y subtipos a
Pintura 1983
(Berni- Seoane)
$a 1
y $a 2


4.-

10.-
1439 / 50
Block 30
2134 / 45
HB  50
Pioneros y fauna australes
$a  2
Cada
uno


15.-

25.-


Reiteramos que, a partir de 1979, debido tanto la aparición de novedades en la preparación del papel, cuanto a complicaciones tarifarías (y personales -sin lugar a dudas-) no me es posible una adecuada evaluación del nivel de abundancia de los diversos subtipos.  Muy especialmente desde entonces (pero siempre, de todos modos) agradezco información o correcciones que me hagan llegar.    


Discusión final (¿?) acerca de subtipos, rareza y otras cuestiones.

Encarar el presente trabajo es, parcialmente al menos, el resultado de consultas diversas, la extrema valoración de algún aporte anterior (muy viejo, claro, como yo) por parte de muchos amigos y la evidencia de que los recuerdos y las anotaciones se van perdiendo.

Ahora o nunca.  Pero no lo hemos podido resolver en forma completa. Algunos motivos deben ser expuestos para solicitar –nuevamente- cuanta ayuda puedan darme otros entusiastas del tema.

Cuestión que no es menor.  Somos eso los coleccionistas:  entusiastas adeptos (o adictos) a acumular y –en el mejor de los casos- ordenar u organizar nuestras “piezas” de acuerdo a criterios siempre discutibles.

En más de un caso se escucha: “¿Qué sentido tiene coleccionar las variedades según los diferentes papeles?”  (hoy diríamos: “¿Para qué diferenciar “las gomas”?”).

En pleno auge de los muy serios y valiosos estudios sobre las emisiones de Próceres y riquezas  (bienvenida la publicación del trabajo del Sr. BARDI) y cuando la pérdida de algunos de sus conocedores resalta el interés por las diferentes tiradas de “Rivadavias”, la respuesta es obvia.

Ya sabemos que somos, esencialmente, juntadores de “papelitos” (y en esta época de carnaval, ¡que mejor que  “Papelitos”!). Y si ahora se nos achacase ser juntadores de gomas, ¡¡¡ más te quisiera !!!


El tema está, seguramente, dónde y cómo ponerle coto al asunto.

Creo, sinceramente, que deberemos ahondar tanto en términos de etapas (el período anterior a la década del setenta reclama mayor atención y  sin lugar a dudas el que dedicaré a la segunda parte
-1983 en adelante-, también). Pero esa dedicación no es gratuita. La evolución de la tecnología en la elaboración del papel, las exigencias crecientes en materia de resguardo para emisiones más prolijas y seguras, nos llevan a encontrar cambios significativos.

Si costó lograr en los buenos catálogos, la incorporación de los sellos “neutros” (más exactamente: “impresos sobre papel no luminiscente por falta de encapado”) y los cambios en las posiciones de filigrana, creo que nos debemos la tarea de estudiar los subtipos de papeles por el reverso y reclamar su inclusión. Es cierto que muchos coleccionistas dirán: “Esto no me interesa” o  “Yo no los quiero”·. Es un tema de elección. Pero no sucederá, como está comenzando a pasar, que algunos de los más jóvenes se indignen y aparezcan, pinza en mano con dos sellitos, insistiendo: “No me digan que son iguales. ¿Por qué no los han catalogado?”

Es cierto también que la valoración (o más exactamente, la preciación) no es un tema sencillo. Parece interesante incluso cómo se ha ido resolviendo, en las diferentes épocas, la impresión de nuevas tiradas y  la distribución misma de “especies postales”.

Suponíamos que recién se distribuía (previamente dada la orden de impresión) una nueva tirada ante el evidente agotamiento de la anterior. Y que los canales de distribución de las remesas de sellos de correo –particularmente en las de sellos “ordinarios” – seguía una lógica dada por la proximidad geográfica de cabeceras y sucursales.  Evidentemente no es, hoy, así.

Pero sí parece haber sido regla de cierto cumplimiento en las décadas estudiadas. Por eso resulta llamativo descubrir que en las acumulaciones (de sellos sin uso, claro) provenientes del norte del país son más abundantes los subtipos de sellos que aquí, en el área metropolitana o en el sur –por dar un ejemplo-, resultan más raros o escasos. ¿Es que se envío tardíamente a ciertas áreas los subtipos que aquí ya habían sido remplazados por la nueva tirada? Parece ser así. Un caso aleccionador (para ser más prudente en mi “preciación tentativa”) es el sello de la Navidad de 1975 (MT 1034;  GJ 1706): aquí el “raro” 10 a 1 es el sello con el reverso no fluorescente. Para otros especialistas (que me merecen total respeto) es exactamente al revés.

Acerca de las diferencias marcadas entre FN y FF, dejando de lado las emisiones posteriores a 1978, donde hace aparición el papel  con fibras fluorescentes, los tipos básicos muestran pocas excepciones con subtipos intermedios.



Bibliografía consultada

1) Autor: del ROSSO,  Nicolás

Año de Edición: 1985

Titulo: Catálogo especializado de sellos postales “ARGENTINA` 84”

Editorial (Ciudad de Edición): “El Gorrión filatélico” AFRA / SFA, Capital Federal.
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2)  Autor: MALATEK, Eduardo L. y GIULIANI, Lorenzo O.

Año de Edición: 1988

Titulo: CATÁLOGO M.G. de Sellos Postales Especiales  ARGENTINA  Emisión ordinaria 1954/1987

Editorial (Ciudad de Edición):de los autores.  Buenos Aires..
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3)  Autor: MELLO TEGGIA, Daniel Hugo.

Año de Edición: 2009

Titulo: Sellos Postales Argentinos 1856/ 2010

Editorial (Ciudad de Edición): Edición del Autor,  Buenos Aires.
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4)  Autor: ESPEJO, M. Agustín. 

Año de Edición: 1982

Titulo: Estudio de las Emisiones del Correo Ordinario años 1954 a 1982  en m$n. y $ ley. 

Editorial (Ciudad de Edición): KNEITSCHEL, Rodolfo; mimeo, Buenos Aires.
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5)  Autor: ESPEJO, M. Agustín. 

Año de Edición: 1987

Titulo: Estudio de las Emisiones del Correo Ordinario

Editorial (Ciudad de Edición): KNEITSCHEL, Rodolfo; mimeo, Buenos Aires.

6)  Autor: GROZA, A.T.;  IMBELLONI, M.E.  y  TAVELLA, J.C.

Año de Edición: 1980

Titulo: Catálogos de Sellos Postales ARGENTINA

Editorial (Ciudad de Edición): Ediciones G.I.T. ,  Buenos Aires.
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7) Autor: GÖTTIG, José Luis  y. JALIL, Guillermo Alejandro.

Año de Edición: 2009

Titulo: Catálogo Especializado de Sellos Postales de La Republica Argentina (1856/2009)

Editorial (Ciudad de Edición):  de los Autores;  Bahía Blanca
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8)  Autor:  SOLARI,  Guillermo

Año de Edición:  2000

Titulo: Parecen iguales. Son diferentes

Editorial (Ciudad de Edición):  BIBLIOTECA DE INVESTIGACION DE CEFINI (Ituzaingó)
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9)  Autor:  ZANINI,   Edmundo Mario

Año de Edición:  1984

Titulo:   Los sellos postales argentinos – 1970 – 1983. Una propuesta unificadora para clasificar los sellos modernos de Argentina

Editorial (Ciudad de Edición):  del autor; mimeo, Buenos Aires.